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Mostrando entradas de junio, 2021

DANZA RÚSTICA

  Por una de esas conjunciones caprichosas del destino, Bea y su abuela Colette nacieron el mismo día del mismo mes. Desde que Colette marchó de su Lyon natal, a la muerte de Josep, quien convirtió su exilio forzoso en voluntario durante las últimas cinco décadas, puso toda su pasión en su nieta, cuya idéntica inclinación por la música y la danza, heredó, indudablemente, gracias al inexorable designio de las Leyes de Mendel, eximiendo de esta virtud a su madre. -"Queguida" Bea, "llegagé" a Barcelonne en dos días. "Espégame" en la estación del metgo “du Liceo”. "Guagdo" una "sogpgresa" "paga" ti, "pog " nuestgo" cumpleaños.  Bea, tras la alegría que le infundió el mensaje de voz, corrió a preparar el recibimiento de su abuela.  Con la inestimable ayuda de sus "compis" del “insti” y sus íntimos de la academia de ballet clásico, pergeñaron una idea “básicamente genial”: una "flashmob"

ENSOÑACIÓN

    -Alonso! ...Alonso! ... ¿Me oyes? (Piit…piit…piit…piit…piit.   Se cierran las puertas...) Por fin dentro… con la cara roja, sudorosa, la corbata estrechando la respiración, y exhalando el aliento a raudales, Alonso consigue sujetarse con una mano a la barra trifásica del vagón de cola del metro de la línea 5, la azul. Quedan 14 paradas, como el Vía Crucis… Va aferrado a la mano de su primogénito de 10, Alonsito, y éste, a su vez, a la de Laura, de 8, con los mocos subiendo y bajando por su minúscula nariz.     Y escondida en una mochila portabebés, Nerea, dormida, ignorante al ruido y al traqueteo.   Consigue, por fin, sujetar su IPhone con su hombro y su oreja izquierda. -Alonso! ¡No sé qué haces, cariño, pero no te oigo...! -Mercedes, mi vida, esto no puede seguir así… ¿Estás segura de tu decisión? - ¡Por fin, Alonso...!   ¿Te pasa algo? - ¿No pasa nada, pero… estás segura? - Sí. Tengo fe en nosotros, cariño. Todo irá bien. Confía en mí. A sus 39 años, d

DAIBUTSU

    - ¡ Kichiro!, contempla con humildad la majestuosidad del Palacio Nacional , - le espetó con frialdad, su padre, sujetándose las manos en la espalda y observando a través de la ventana lateral del funicular de Montjuïc, recién inaugurado hacía apenas unos meses. - Ya estamos llegando -, susurró mirándole hacia abajo, de reojo, sin bajar la barbilla del frente. - Pronto verás al “Daibutsu”, nuestro Buda, y sé que te iluminará. La Exposición Universal de Barcelona nos ha reservado el Palacio de la Industria, gracias a la deferencia del sobrino del Emperador.   La mente de Kichiro viajaba a su Osaka natal mientras ascendía lentamente el funicular al fin del trayecto, y se perdía, melancólico, en las tablas del teatro de “ Kabuki “, interpretando al “ onnagata ”. Para Hiroshi Fujioka y su esposa, Kioko, el nacimiento de su hijo Kichiro, significó un obstáculo para la incipiente carrera militar de aquél, una vez que ya no pudo incorporarse al ejercito blanco de los aliados