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Mostrando entradas de 2021

AMELIA RETIRO

No importa por cuanto tiempo nos empeñemos en ser lo que no somos.  En el fondo, solo importa aquello que se cuece a fuego lento, que se saborea con el deseo, que se descubre ante nuestros sentidos como una invasión perfecta e inevitable del recuerdo del amor primero. Madrid. Lunes, 6 de mayo de 2019.- Paseo de la Castellana. Sede central de la Agencia de Branding y Comunicación SLK Digicom.           -Habéis oído bien. Necesitamos un revulsivo de inmediato, o perderemos nuestra mejor cuenta. Quiero que todos os pongáis las pilas desde ya. No es aceptable una campaña mediocre. No para “AMELIA RETIRO”. Lauro Morgani, director jefe de Marketing de SLK Digicom, había hipotecado su ya devaluado prestigio tras un empeño personal fallido en el relanzamiento de una conocida marca de galletas holandesa. Ese episodio desafortunado, y la aparición de cincuenta casos de intoxicación relacionados con la marca, en su nueva publicidad, dañaron inevitablemente su reputación. Lo cual hirió su orgullo,

DANZA RÚSTICA

  Por una de esas conjunciones caprichosas del destino, Bea y su abuela Colette nacieron el mismo día del mismo mes. Desde que Colette marchó de su Lyon natal, a la muerte de Josep, quien convirtió su exilio forzoso en voluntario durante las últimas cinco décadas, puso toda su pasión en su nieta, cuya idéntica inclinación por la música y la danza, heredó, indudablemente, gracias al inexorable designio de las Leyes de Mendel, eximiendo de esta virtud a su madre. -"Queguida" Bea, "llegagé" a Barcelonne en dos días. "Espégame" en la estación del metgo “du Liceo”. "Guagdo" una "sogpgresa" "paga" ti, "pog " nuestgo" cumpleaños.  Bea, tras la alegría que le infundió el mensaje de voz, corrió a preparar el recibimiento de su abuela.  Con la inestimable ayuda de sus "compis" del “insti” y sus íntimos de la academia de ballet clásico, pergeñaron una idea “básicamente genial”: una "flashmob"

ENSOÑACIÓN

    -Alonso! ...Alonso! ... ¿Me oyes? (Piit…piit…piit…piit…piit.   Se cierran las puertas...) Por fin dentro… con la cara roja, sudorosa, la corbata estrechando la respiración, y exhalando el aliento a raudales, Alonso consigue sujetarse con una mano a la barra trifásica del vagón de cola del metro de la línea 5, la azul. Quedan 14 paradas, como el Vía Crucis… Va aferrado a la mano de su primogénito de 10, Alonsito, y éste, a su vez, a la de Laura, de 8, con los mocos subiendo y bajando por su minúscula nariz.     Y escondida en una mochila portabebés, Nerea, dormida, ignorante al ruido y al traqueteo.   Consigue, por fin, sujetar su IPhone con su hombro y su oreja izquierda. -Alonso! ¡No sé qué haces, cariño, pero no te oigo...! -Mercedes, mi vida, esto no puede seguir así… ¿Estás segura de tu decisión? - ¡Por fin, Alonso...!   ¿Te pasa algo? - ¿No pasa nada, pero… estás segura? - Sí. Tengo fe en nosotros, cariño. Todo irá bien. Confía en mí. A sus 39 años, d